viernes, 25 de marzo de 2011

y el señor dios dónde está?

Nunca tuve una formación religiosa muy estricta, mi madre al igual que yo es bastante cuestionadora por lo tanto a lo largo de su vida ha ido investigando, probando, leyendo, observando sobre el tema, por eso nunca se sentó a decirme que allá arriba había un ser al que todos llamaban dios y bla, bla, bla, o si lo hizo sencillamente no lo recuerdo. Sin embargo se preocupo de bautizarme, de que hiciera la primera comunión  y de inculcarme la oración antes de dormir, sin mucho fundamento en verdad, pero lo hizo creo que pensando que era lo mejor.
Ya adolescente mi abuela trato de tomar las riendas del camino religioso, pero tampoco lo logró, para mi siempre la iglesia fue más que un templo de reflexión, el lugar dónde podía observar personas, reirme de sus actos, algo irracionales para mi y vaya que lo disfrutaba.
Por todo lo anterior, más de alguna vez me gané el apelativo de satánica en mi casa, pero me causaba tanta risa, por que siempre pensé que yo tenía mi propia relación con el dios ese. Relación  que se materializaba con el acto de la oración nocturna.
Sin mayor pose, solo con las palmas juntas, en la posición que fuera, generalmente acostada en la cama de lado y casi balbuceando, luchando contra el sueño, lograba todas las noches conectarme con el ser superior y si por cualquier motivo el sueño me vencía y despertaba a media noche, retomaba lo que había dejado, pues sentía que no le podía fallar. Hoy recordando que era lo que pedía al señor dios, me resulta bastante estúpidas las peticiones, pero eran muy importantes para mí en ese momento. Prioritario era que no hubiese terremoto, maremoto, temblor, ni incendio, pues eran cosas a las que le temía mucho y como vivo en una zona sísmica, era algo que realmente me aterraba. Mi segunda prioridad siempre fue que hubiese salud y trabajo para todos los de mi familia y por último remataba mi oración pidiéndole al ser superior que mi tía, que vivía conmigo, que era soltera, joven, buena moza y muy despierta por decirlo de algún modo, llegara a casa temprano, sana y salva.
Quizás no me crean, pero crecí y casi envejesco con el mismo discursito desde los 6 años hasta los 30 años aproximadamente. Me mantuve sin cambiarlo, salvo algunas variaciones por motivos extraordinarios, pero el 95 por ciento de las noches, la oratoria era la misma. Obviamente que con el tiempo perdió sentido totalmente, pensando en que en el trayecto hubieron, temblores y terremotos, que mi tía todos los fines de semana llegaba tarde y que en el transcurso envejeció, se casó y ya no salía ni a la esquina, que a pesar de pedí salud y dinero, todos los componentes de mi famillia se enfermeron alguna vez y mi madre pasó por años de cesantía, tratando de salir a adelante a través de inversiones comerciales menores, que le costaron sudor y lágrimas.
Me casé, por la iglesia y vestida de un lindo repollo como toda mujer lo sueña y llegó el momento de enfrentar; ¿sigo con la oratoria nocturna o la elimino? ... me daba verguenza que mi marido me escuchara diciendo la misma frase todos los día y realmente no tenía ganas de hacer otra algo más elaborada y acorde con mi edad. Menos mal que él era creyente y más de alguna vez me pregunto que decía en mi balbuceo y además manifestó que le agradaba esa conexión.
Hasta que un día me pregunte, si dejo de orar mi vida cambiará en algo? y lo intente ... primer, día, segundo día, tercero, 1 mes, 1 año, dos y nunca más oré.

Primera conclusión; orar no sirvé de nada!! ...

En ese tiempo trabajaba haciendo clases y en el colegio había un cura al que le pidieron que nos diera la bienvenida de vuelta de vacaciones, solo a los maestros. El señor cura recalco en su discurso, pecador es aquél que en su mesa habla de sueldo y que se queja de lo que gana!! ... osea al cura lo habían mandado a hacernos un lavado de cabeza. Ni pensar en preguntar si los bonos subirián ese año, de lo contrario te ibas al infierno.
Poco despúes mi marido fue elegido como padrino, y la última charla terminaba con una misa a la cuál él insistió en que lo acompañara, ya intuyendo mi alejamiento. El discurso del padrecito aquél fue tan ofensivo y contradictorio. Decía con total claridad que todo pecador debía arrepentirse de sus pecados para ser acogido en el reino de dios y luego hablaba de la importancia de la paternidad responsable y de que la concepción se realizará dentro del sagrado vinculo. Creo que el 60% de las parejas que ahí estaba convivían y nadie era capaz de decir nada. Y bajo esa premisa absurda de un dios castigador mi madre, como madre soltera, debería negarnos o rechazarnos como hijos, para mostrarse arrepentida de su pecado y así poder acceder al cielo? ... De un brazo me sacó mi marido de la iglesia, para evitar que mi rabia aflorara.

Es el hombre el que a convertido al supuesto dios en un monstruo que es temido por sus seguidores?.

En ese momento se produjo el quiebre y deje de creer que exista un ser que sea tan bueno y poderoso que permita que  mueran niños de hambre, que mueran hombres, mujeres, niños y ancianos trás un terremoto o por el arrastre de un tsunami, que permita que hayan seres que violen, maten o humillen a otros!!. Pero a ratos  me cuesta imaginar que las personas pierden su tiempo, entregan sus bienes, abandonan familias por un ser que no se deja ver y que no escucha.

Segunda conclusión; ... dios definitivamente no existe!!

Luego vino la parte compleja, el no creer en dios te hace todo más difícil. Ya no existe ese ser poderoso al que le encargas a tu familiar para que tenga un buen viaje y tú te quedes durmiendo plácidamente, y todo porque esa persona amada va con dios, y tu corazón te dice imposible que le pase algo!! ...Ya no tienes la tranquilidad de lo que hoy está pasando en Japón es imposible que pase en Chile, por que ese dios que pensabamos que nos protegía por ser chilenos (que estúpidez más grande) ya no es tal!! y así muchas cosas más, que debes empezar a hacerte cargo y darte cuenta que vives en un mundo rodeada de otros seres que no tienen leyes más que las que el mismo hombre a impuesto, para tratar de darle orden a esta vida, que se acaba cuando la máquina se agota y que nada va para ningún lado a reencontrarse con nada!! ...

Triste para algunos, para mi es muy lógico y sano ... invita a aceptar las cosas como son o a luchar por revertirlas y principalmente a buscar un vuelco para disfrutar este tiempo, nuestro tiempo de respiro, por que no habrá otro!! ... viviendo sin dañar a nadie, ayudando al vecino por convicción propia, no por que quiero irme al cielo.

2 comentarios:

  1. El contenido de lo que cuentas es muy acertado, aunque yo sí creo en Dios (a tal punto que no puedo evitar escribirlo con mayúscula inicial).

    El año pasado inscribí a la Gabriela en un colegio de monjas, porque ella estaba muy interesada en saber de Dios y pensé que yo no tenía la formación y el conocimiento para resolver sus dudas. Aún no la bautizo y con motivo de este "formar parte de una comunidad católica educacional" he tenido que escuchar cosas horribles como que "sin Dios no somos nada" o "si los padres viven en pecado(como el Pato y yo)los niños no tienen la culpa". Y unas explicaciones de porqué debemos creer o hacer tal o cual sacramento, que no resisten ningún análisis, si yo me basara exclusivamente en lo que me dice la Iglesia Católica, sería atea, porque sus argumentos no tienen base y validan la debilidad de su doctrina diciéndonos simplemente que debemos tener fe. Pero, si creo. Porque aunque suene infantil y romántico, lo siento en mi corazón, lo veo en pequeños detalles. Obviamente he pasado momentos en que me cuestiono, pero eso es parte de la vida. Igual como amar a tu pareja, tú te/le prometes amarlo toda la vida, pero en el transcurso las cosas van cambiando, errores, aciertos, los dos van cambiando, se pierde ingenuidad, etc. Amar y creer es una decisión que se toma día a día, según mi opinión.
    P.D.: Escribes genial!!...seguiría tu columna semanalmente si la tuvieses en un diario.....!!

    Carolina Garrido

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  2. Si, creo que la Iglesia a contribuído mucho al alejamiento de los fieles. La iglesia del señor está comandada por humanos, seres erróneos y no divinamente perfectos. Y la falta de coherencia entre esas dos cosas es lo que genera conflicto, pues si un sacerdote fuese reconocido como un ser humano que quiere entregar la palabra de su dios, sin dejar de serlo, podrían evitarse muchos abusos por ejemplo.
    Otro aspecto, son los conceptos, no aceptar que la familia, ya no es la misma que hace 2000 años atrás, hace que las personas se sientan rechazadas, discriminadas y hasta no dignas del ser supremo.
    El hombre ensucia las cosas y la búsqueda del desarrollo espiritual no es algo masivo y pienso que estamos a años luz a que lo sea, como para dejar de lado la religión. Por que si bien no soy creyente, siento que el ser humano debe tener algo en que creer, ya sea en la madre naturaleza, en ese ser divino (que yo lo haría algo más terrenal), en la vida, en la familia, en el amor, en fin, algo que les permita encontrar el sentido de su existencia.
    Por ahora yo solo quisiera vivir para ser feliz y todos los esfuerzos deben apuntar hacía allá. Pero no hablo de una felicidad basada en lo material, si no en la verdadera felicidad del ser, sentirse en equilibrio con la vida que llevamos.

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